Sé muy bien de qué hablo porque llevo gran parte de mi vida mudándome de un lugar a otro. Nací en Estocolmo, Suecia. A los veinte años me mudé a Granada para estudiar Traducción e Interpretación. Después de seis años me encontré en paro y en una ciudad donde sobraban precisamente los traductores. Decidí volver a Estocolmo. Después de unos años trabajando como traductora e Intérprete Jurado me mudé a Marruecos con mis dos hijos, de cinco y siete años. Fue toda una gran aventura porque yo no sabía nada de árabe y ellos tampoco. Vamos, me tiré de cabeza. Sería una mentira si os dijera que me resultó fácil aprender el idioma y acostumbrarme a una cultura tan diferente a la mía pero lo conseguí.
Suecia tiene indudablemente muchas ventajas. Es un país tranquilo, no hay mucha aglomeración de población, las condiciones de trabajo son buenas, ¡hay trabajo!, tener hijos pequeños en Suecia es una maravilla por las facilidades que dan y lo relativamente fácil que resulta compaginar la vida laboral con la vida familiar.
Además es un país muy hermoso, con una naturaleza que deja boquiabierto a cualquiera, y con unos derechos de usufructo que son alucinantes. Si te gusta la vida al aire libre, hacer deporte y conocer lugares nuevos, todas son ventajas en Suecia